Alfajores para la merienda compartida

Intrinsecamente los envases de la cabeza quedan expuestos frente a semejante viento y todos son capaces de percibir el contenido. Hacemos una conexión sencilla, el naranja trenzado con el verde en la primera desde la derecha, el rojo le sigue y quizás el azul. Unas calzas ajustadas que indican el paso del tiempo y la ilusión de haber pertenecido a algo que duro menos que un pedo en una canasta se pierde.

Escurrida vascular

Quince comidas seguidas, quince escurridas fluyendo como si la marea se encargara de revolver la taza sabiendo que siempre hacia el espacio partirá, mas no podemos saber si en el futuro existira el mismo concepto para comprobar la veracidad. Una bomba que siempre hay que tirar, para poder liberar la conciencia de las mismas cosas que se caen en el inodoro cuando asdasdasdasdasd...