jueves, 17 de enero de 2008
Alfajores para la merienda compartida
Intrinsecamente los envases de la cabeza quedan expuestos frente a semejante viento y todos son capaces de percibir el contenido. Hacemos una conexión sencilla, el naranja trenzado con el verde en la primera desde la derecha, el rojo le sigue y quizás el azul. Unas calzas ajustadas que indican el paso del tiempo y la ilusión de haber pertenecido a algo que duro menos que un pedo en una canasta se pierde.
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