lunes, 19 de febrero de 2007

(PERTENECE AL 18/02)

Cuando la historia se repite y vamos corriendo por los pasillos más caóticos que se puedan concebir nos damos cuenta de que las cosas valen por lo que significan para nosotros y no por lo que significan para los demás, puesto que nosotros somos el centro de atención de nuestras acciones y la razón por la que nos importan los demás es porque estas personas nos hacen felices en algún aspecto y el que estén felices y contentos nos hace felices a nosotros, al mismo tiempo de que nos hacemos creer que actuamos de forma desinteresada y las cosas surgen como si uno estuviera pensando de forma coherente todo el tiempo.

No hay comentarios: